
Se trata de un tinto joven, sin crianza, elaborado 100% a base de tinta de toro y con una graduación alcohólica del 13,5% de volumen.
En copa muestra un intenso color rojo agranatado, con capa profunda , impenetrable. En nariz es fresco, lleno de fruta roja y de intensidad moderada. En boca mantiene la explosión de frutosidad que apuntaba al olfato, acompañado de un tanino muy controlado y suave y un final de persistencia media, felizmente más largo de lo que me esperaba. Se trata de un vino muy equilibrado y de poca complejidad, muy fácil de beber. La relación calidad precio es extraordinaria. Su precio apenas pasa de los 4 euros, pudiendo encontrarlo fácilmente a 4,25 por botella.
La presentación, igual que la de 2011, el único pero es la longitud del cuello que puede dificultar su acomodación en cavas de reposo pequeñas, etiquetado elegante y con información más que correcta para el consumidor.
Con respecto al maridaje, pega casi con todo, desde una carnecita hasta quesos, incluso con pasta no te va a defraudar. Un vino de coste reducido y muy, muy agradable. No te decepcionará.
Puntuación de Baco:
|
4 puntos y un poquito más.
|
ESCALA DE PUNTUACIONES
| |
0
|
Infame. Para largarlo por el desagüe del fregadero.
|
1
|
Mejor en el guiso.
|
2
|
Se bebe pero no vale lo que cuesta.
|
3
|
Aceptable relación calidad-precio
|
4
|
Un vino agradable y correcto.
|
5
|
Un buen vino.
|
6
|
Me gusta, me gusta, me gusta.
|
7
|
Orgásmico.
|
8
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario